martes, 24 de enero de 2012

Un paseo

Ayer disfruté de un agradable paseo a esa hora crepuscular que todo lo enciende y que, por aquí, nos ofrece cielos de la pintura cortesana.Un buen paseo para que cumpla todos sus cometidos debe provocarte alguna ensoñación, mientras divagas y observas lo que alguna vez has visto pero que nunca habías observado.También puede contemplarse como un deseable paréntesis de tedio rellenado por una mente que añora no se sabe qué, ajena a cualquier pretensión.
Cierto abandono te acompaña e increíblemente descubres que lo que estás haciendo no es tan aburrido.Quizás pienses que la vida es una contingencia inadmisible mientras descubres que hay un jilguero en un árbol balanceándose en una hoja amarilla.
Podrías escribir en ese momento una apología de la monotonía y sentir que el sopor es medicinal.
Y así, al tiempo que construyes un deseable mapa espiritual, te puedes abandonar al sentimiento del arte de la fuga hacia ninguna parte.

jueves, 19 de enero de 2012

Explicaciones

No es nada nuevo resaltar la incalculable cantidad de información con la que uno puede toparse  a cada instante.Desde las tertulias radiofónicas de los opinadores profesionales a primera hora de la mañana hasta las últimas bocanadas de la televisión de madrugada la exposición a la información y a los medios es extraordinaria.
Eso sin contar la prensa,  los libros, el espectáculo visual de la vida ordinaria, el cine o los viajes.
La pregunta es si realmente estamos informados o somos analfabetos indefensos ante tanto ruido, si la información favorece nuestra cultura o nos hace vivir en un limbo de ignorancia.
Viene a cuento la reflexión ante la fastidiosa sensación que noto cada vez que leo sobre asuntos que quizás me conciernen pero no termino de entender, porque no presto atención o no me los explican adecuadamente.
Por ejemplo lo que leí hace unos días acerca de la materia oscura del universo, las galaxias y ese tipo de asuntos del cielo que imagino solo conocen bien los científicos y que tanto cuesta divulgar con claridad porque el problema es el lenguaje.
Ese descomunal desconocimiento de la realidad que nos rodea se hace más evidente con los avatares de la economía que cada vez ocupa más espacio y cuyas claves desconocen hasta los expertos.
No es extraño, pues son pocos  los que podrían contarnos lo que es un byte o un mega, al igual que pocos saben lo que son las ondas electromagnéticas y como funciona una simple radio o un televisor.
Sabemos mucho de pantallas planas y de pixeles pero todo son conocimientos superfluos ya que lo importante es que las cosas tengan mucho de lo que hay que tener.
En el territorio de la crisis sucede exactamente lo mismo aunque son asuntos que deberían explicarse con más claridad.
Hoy en esta situación en la debemos comprender mejor lo que nos atañe sucede lo de siempre: nos hablan con un conjunto de lenguajes con su jerga específica en idiomas que desconocemos.Sobra información y faltan explicaciones.





miércoles, 11 de enero de 2012

Rebajas

En el mes de la cuesta todo son rebajas.
Son rebajas sobre rebajas porque, además de los recortes gubernamentales en la renta, hay otro tipo de recortes en teoría beneficioso para los bolsillos de los ciudadanos.
El consumo que ya estaba recortado, recibe el contrapeso de fórmulas teóricamente creativas en disparatadas ofertas comerciales.
La oferta ha existido siempre y con muchas variantes:el mero descuento, los programas de fidelización, los puntos o las cacerolas de los bancos.Nada es nuevo.
Pero en el panorama actual se nota el esfuerzo añadido del marketing en la proliferación de propuestas.Ya hay quien compra unos productos en Mercadona,otros en Dia o también en Lidl.
La crisis transforma el acto de la compra en una itinerante gimkana.
No es extraño que Carrefour regale la leche, que en muchos envases se lea "ahora un 20% gratis" y en general que nos ofrezcan los duros a 4 pesetas.
Ahora puede llegar a ser divertido observar el esfuerzo de las empresas y las ideas que nos traen las neuronas atribuladas.Se podría crear una colección de verdaderas estupideces.
El último disparatado hallazgo es la propuesta del tren de lavado de una gasolinera que nos ofrece un 50% de descuento...si lavamos el coche en un día de lluvia.
Yo no he podido esperar y lo lavé ayer porque el anti ciclón también debe de estar en oferta.